sábado, 28 de febrero de 2009

MALTRATO FAMILIAR. un videoclip

Videoclip. Letra: Miguel Menassa. Música y cantante: Kepa Ríos.
Actores principales: Miguel Menassa y Alejandra Menassa.

jueves, 26 de febrero de 2009

MIÉNTEME


Cuadro: Guillaume Seignac. Libélula
Quiero que caigas sigilosamente esta noche
en mis redes de brocato.
Ambiciono volar al ritmo estelar de tu cintura.
¡Ven a deshojar margaritas en mi vientre!

Dime que tú y yo algún día nos encontraremos,
allá en el país donde te marchas cuando tocas
el cielo con tu sexo.

Dime que sostendrás con tu boca este delirio,
que tu piel es un guante rojo
para esconder el frío de mi pecho.

Quiero que nos recorra el aura verde del deseo,
deshacerme en tus labios, como el silencio o como el hielo.
Ser un ave nocturna para surcarte el pecho.
¡Ven a matar esta soledad, ven a beber este veneno!

Miénteme:
Dime que no acabó el amor, dime que no hemos muerto.
Alejandra Menassa. Del libro poemas afrodisiacos, de próxima publicación.

miércoles, 25 de febrero de 2009

DEFINITIVAMENTE, ME RINDO AL FUEGO DE TUS BESOS, POESÍA


Cuadro: Borrasca, de Levy Dhurmier.

No me advertiste que tenías un volcán en la boca,
me muero porque su lava invada todos mis rincones.
No me dijiste que tus labios eran la cuna del fuego:
mi ardiente Prometeo, robaré tus labios cada noche.
Como Ave Fénix, resurgiré de las cenizas
en las que me sume tu incandescente boca,
sólo para volver a besarte,
y volver a arder, y volver a besarte:
tus llamas son un imán para mi noche.

Seré tu Juana de Arco, quémame cada hora
en la hoguera que sobre mi cuerpo van construyendo tus labios.
Hazme arder otra vez hasta fundirnos:
metales preciosos nuestros cuerpos.

Sé mi Nerón: prende fuego a tu Roma,
mi boca no entiende otro lenguaje que la llama de tus besos,
las pavesas del cielo, los refulgentes meteoritos de tus labios.
No te apagues jamás, no te extingas jamás,
la tea ardiente del deseo guarde para siempre
el inagotable calor de tus labios,
tus labios que derriten el hielo,
tus labios que me impregnan de luz,
tus labios: imprecación al fuego,
Tus labios: destino de mi boca,
estación final de mi deseo.


Alejandra Menassa, del libro de próxima publicación Poemas Afrodisiacos.

martes, 24 de febrero de 2009

CLAMO PIEDAD

Cuadro: Franz Von Stuck.

No es posible este goce que atraviesa
mi cuerpo con su filo,
que me hiere la sangre,
deslíe todo miedo,
acuchilla el pasado, desborda ya mis límites.
Afanada en verter licores en tu vientre,
mi cintura de añil ha deshecho la noche.
ya todo tiembla en mí, ya todo tiembla.

Me haces mortal y humana
arrojando versos en mis oídos,
combinaciones del mar y tu mirada.
Tus atléticas manos me sostienen,
son la atracción magnética y fatídica.
Ya giro sobre ti como los astros
en sus constelaciones,
ya todo tiembla en mí, ya todo tiembla.

La palabra deseo se despliega,
como una alfombra roja
a los pies de tu diosa
ya no te llamas más ausencia y fuego,
ahora tienes el nombre de un príncipe extranjero,
de un guerrero del alma.
Hace agua en mi memoria tu barco
inalcanzable.
Ya tiemblas todo en mí, ya todo tiemblas.
Alejandra Menassa. Del libro de próxima publicación poemas afrodisíacos.

lunes, 23 de febrero de 2009

SEMANA DE PREMIOS.

Otra vez gracias a todos vosotros por los premios, y en especial a Chache.

“PREMIO DARDO”Premio Dardo. «Con él se reconocen los valores que cada blogger muestra cada día en su empeño por transmitir valores culturales, éticos, literarios, personales, etc..., que en suma, demuestra su creatividad a través su pensamiento vivo.



Premio Blog de Oro.

El que me ha hecho entrega de los premios es Chache, lo podéis visitar en: http://byjamp.blogspot.com/


domingo, 22 de febrero de 2009

POESÍA. PABLO MENASSA DE LUCIA.

http://www.aulapablomenassa.com/
Me preguntaron por tu belleza interrumpida, por tu partida prematura, y yo les mostré tus versos.

MUERTE, QUERIDA COMPAÑERA

Sabía que vendrías sola
frente a frente
sin tapujos ni corbatas,
sabía que vendrías fuerte, muerte,
no por el último beso, esta vez
a charlar solamente.
Te estaba esperando,
escudriñando
palabras verdaderas
para estar a tu altura,
aún, como tantas veces
quedé mudo, muerte,
en tu presencia,
ensimismado en tu color,
hundido en tus ojos
tristes, quietos, negros,
querida compañera
y ahí, en ese vacío imperceptible,
insoportable,
me confesaste tu único fracaso:
-La palabra escrita
siempre,
me ganó la partida-.

Pablo Menassa de Lucia

dibujo de Miguel Menassa

UNA VEZ MÁS

Las paredes sudan
¿lo sientes?
Estamos solos, somos uno.
Cada vez
más prisa por llegar,
el ritmo se acelera,
tu mirada se clava en mis intintos,
el equilibrio del cosmos pende de tu cintura.
Rómpeme en pedazos, ¡vamos!
destrózalo todo, el último suspiro.
Las paredes sudan ¿lo sientes?
Estamos solos, somos uno.
Tu piel está quemándose,
materia desintegrada en todas direcciones,
estalla contra el techo.
Grita cariño, despiértalos a todos,
no busques motivo,
déjate caer, tranquila, abajo está la tierra.
Hagamos el amor una vez más
antes que el sol rompa la magia.
Las paredes sudan,
¿lo sientes?
Estamos solos, somos el mundo.

Pablo Menassa de Lucia
dibujo de Miguel Menassa


AGRADECIMIENTO POR LOS PREMIOS CONCEDIDOS AL BLOG



Gracias Maite, por los premios al blog. El premio blog de oro creo que es por la difusión de la cultura, pues demos entonces gracias a la cultura. El segundo no lo sé muy bien (premio a la dulzura), pero creo que Maite debe haber descubierto mi afición al chocolate y otros dulces. Aquí los pongo para compartirlos con todos vosotros. Creo que ahora de trata de dárselos a mi vez a otros 15 blogs. Allá voy.


A la responsable de que estos premios estén en mi blog, es decir: Maite, podéis visitarla en:
http://niunpuntitosomoseneluniverso.blogspot.com/

En cuatro meses de vida que tiene el blog, ya tiene casi casi 4000 visitas y 84 seguidores, y eso no lo he conseguido yo, sino el blog con vuestra ayuda, gracias lectores y besos para todos.

sábado, 21 de febrero de 2009

POESÍA. EL VERDADERO VIAJE. MIGUEL OSCAR MENASSA



Cuadro de Dali. Ícaro en el laberinto.

¡Cuidado! ¡Cuidado!
estamos a punto de naufragar.
Os habéis creído,
que en trasatlántico poderoso navegábamos
y sin embargo os digo: mi vida es una pequeña balsa enamorada.
Veo surgir, es cierto, entre las sombras,
una luz que nadie apagará.
Formada de versos y perfumes como vientos insondables,
como una catarata de carne abandonada,
que por fin encuentra su reinado.
Reinado de nubes,
de antiguas fragancias y de fragancias inconcebibles.
Pequeñas balsas enamoradas siempre a punto de naufragar.
Por ahora, toda pasión será remar,
hasta alcanzar el poema en ese movimiento.
Después, algún día, tendréis,
en vuestra pequeña balsa enamorada vuestros grandes amores.
Remad, hasta quedar sin fuerzas y ahí, comprenderéis el motivo de
mi pasión.
Iremos por los más bellos ríos y con el tiempo,
nos animaremos a los grandes océanos,
a la belleza de las borrascas plenas en el mar
y siempre, iremos temerosos de desaparecer,
pequeños, en esa inmensidad que nos rodea.
Saber nadar o ser grandiosos, no servirá de nada,
para llegar, tendremos que mantener la balsa a flote
y nosotros mantenernos encima de la balsa.
Eso, todo el misterio.
Un día la balsa se partirá en mil fragmentos
y cada uno,
tendrá que aprender a sostenerse en pequeños maderos.
Si es posible el poema es posible la vida.
Remad, agonizad remando,
hasta sentir que solo es imposible.
Quedad sin fuerzas,
mirad cómo otros reman y yo mismo remo,
con las manos ensangrentadas por el esfuerzo,
sin descansar, hasta encontrar en ese movimiento el poema.
Y cada uno tendrá su pequeña balsa enamorada.
Dueño de su vida y de su muerte,
puede tenderse en la balsa para siempre,
no remar más y dejar que las aguas lo lleven por doquier.
Y algún otro, remando desesperadamente, al verlo,
escribirá un poema.
Remar en cualquier dirección tampoco sirve.
La tierra que promete la poesía siempre es la misma.
Se llega o no se llega.
Ella necesita reyes, centauros,
sólo se deja sembrar por revolucionarios y fanáticos,
por hombres que en su tierra,
construyen su casa y su familia, sus grandes ilusiones.
El que repita lo hecho jamás la encontrará.
Remad para llegar a esa tierra como nadie ha remado
y os serán ofrecidos a vuestra llegada,
manjares que no fueron ofrecidos a nadie.
Y en las noches de desilusión,
cuando nada es posible en esa oscuridad,
pedid a los mayores que os cuenten,
de los grandes navegantes, sus antiguas hazañas,
en pequeños barquitos de papel.
Cada trecho recorrido tendrá sus peligros.
Nada será fácil para el poeta.
Vendrá el amor y habrá que enamorarse,
hasta sentir en la carne el último dolor.
Y al llegar a ese lugar,
habrá que enamorarse todavía más,
hasta sentir que la carne temblando es un poema.
Y así llegará la inolvidable noche, el día,
donde por un instante esa pasión será la poesía.
Frente a la duda no dejar de remar.
Tomar en nuestros brazos,
fortalecidos como garras por la crueldad del ejercicio,
a la persona amada y seguir remando,
si es necesario con los dientes.
Con el tiempo ella, también, hará ejercicio con nosotros.
Después de a dos, de a tres, de a todos,
rota la inmensidad de lo único,
vendrá la muerte.
Y no valdrá ninguna valentía,
porque ella se jacta de haber matado,
a todos los valientes en el primer encuentro.
Y tampoco valdrá ninguna cobardía,
porque ella mata todo lo que huye.
Para encontrarse con la muerte, se necesita,
haber aprendido algo del amor:
Ni huir. Ni arremeter contra nada.
Aprender a conversar tranquilamente,eso enseña el amor.
Cuando ella se acerque y venga por nosotros,
con su mirada inmensa como ella misma es inmensa,
dejarla acercar hasta que escuche,
nuestra respiración entrecortada por el encuentro.
Y ella, enternecida como es su costumbre,
nos tenderá la mano,
para que acompañemos a vuestra majestad,
al inmutable reino del silencio.
Ahí, cuando entregarse es lo más fácil, mirarla,
-en los ojos la inmensidad que le pertenece-
y decirle entre dientes:
Amada muerte, mi enamorada,
escribiré tu nombre en todas las paredes,
besaré sin temor tus labios,
como nunca ningún hombre lo ha hecho y te amaré,
verás, entre la sangre,
en las grandes catástrofes y también, te amaré,
cuando un blanco capullo reine en tu corazón.
La gran emoción que recorre su gran manto negro,
por encontrarse de golpe en un poema,
hace de la muerte una mujer.
Ella también terminará remando tranquilamente hasta la orilla
y compartirá mi pan y mis amores
y volará por las noches para cobijar en su seno,
a los que ya dejaron de remar y volverá,
para encontrarse conmigo y contarme sus hazañas.
Como si cada vez fuera la primera,
volveré a respirar como respiran los atletas
y por haberlo aprendido de ella,
la miraré enternecidoy le diré:
Mi muerte enamorada y ella,
será feliz.






Después hay que seguir remando.
Ya nos preguntarán y nosotros diremos:
hemos estado con el amory hemos estado, también, con la muerte.
Al principio no nos creerán,
dirán que para el hombre es imposible.
Nos pedirán pruebas,
nosotros les mostraremos como si les mostrásemos el cielo,
algunos poemas y conseguiremos con ese gesto,
que llegue hasta nosotros el tiempo de la burla.
Grandes embarcaciones que nada buscan,
-porque creen tener-pasarán una y otra vez a nuestro lado,
tratando de hundir con sus juegos,
nuestra pequeña balsa enamorada.
Nos llamarán desde sus lujosas embarcaciones,
con los nombres con los que se nombran los desperdicios.
Poetas. Locos. Asesinos.
Y en la algarabía estúpida de sus juegos,
todo será posible.
Nos tirarán algunas piedras
y se dirán,
nada los ofende y enfurecidos,
nos gritarán: Pelead ¡cobardes! defendeos.
Y después de mil veces y otras mil,
con los ojos desorbitados por el cansancio
y también por la sorpresa de ver,
nuestra pequeña balsa enamorada siguiendo su camino
y nosotros, tranquilamente, sobre ella, remando.
Después de haber atravesado ilesos el camino de la burla,
vendrá, os aseguro, el tiempo del oro.
Ellos, aburridos de sus propias risas,
querrán jugar a nuestro juego.
¿Cuánto cuesta esa madera a punto de pudrirse
que usáis de embarcación? y ¿cuánto vuestra vida?
¿cuánto esas viejas cartas de navegación?
y ¿cuánto esos poemas?
Cuestan, señor, lo que le cuesta a un hombre,
dejar de pertenecerse y entregarse al poema.
¿cuánto dinero cuesta eso?
Todo y ninguno.
tal vez su propia vida, acaso.
¿cuánto dinero cuesta mi vida, entonces?
Todo y ninguno. Su vida son palabras como todas las vida
y eso, tengo entendido, vale nada.
y ¿cuánto dinero cuesta pensar así?
Todo y ninguno. Más bien hay que sumergirse,
remar y no esperar nada.
Eso cuesta.
Sumergirse y no esperar nada, en las tinieblas,
hacia otra oscuridad mayor, el poema.
Una vez enamorados el amor y la muerte
y rechazados el oro y la burla por impuros,
vendrá y de ninguna parte,
-porque ella vivió siempre en nosotros-la locura.
El peor de todos los estrechos,
surge imprevista,
por ser ley de su destino, la sorpresa.
Y no viene por ninguna pelea,
porque trae el deseo de trabar amistad con el poeta.
Y cuando llega nos dice entre susurros,
que su mundo y el mundo de la poesía,
son el mismo mundo.
Frente a la duda hay que seguir remando.
Informe, se deja moldear por nuestras palabras,
y al tiempo ella, también, tiene su grandeza.
Yo soy del amor, nos dice, ese desenfreno
y la pasión eterna de la muerte.
Tengo por costumbre despreciar el oro,
y sin embargo,
las ansias por matar que generan sus leyes,
están intoxicadas de locura.
Ahí, ella y la poesía se parecen.
A instantes de juntarse en nuestra mirada,
como si fuesen una sola cosa,
la poesía, vieja loba de mar,
rema un trecho con nosotros para mostrarnos,
que la locura, desde que llegó,
permanece en el mismo rincón de la pequeña balsa,
sin remar, recordando todo el tiempo su pasado.
Contentos de haber comprendido la diferencia,
encerramos a la locura en un poema
y seguimos remando hasta que un día,
convencidos de su torpeza para la navegación,
se la entregamos al amor y a la muerte,
para que la locura, aprenda a volar.




Miguel Oscar Menassa

viernes, 20 de febrero de 2009

ODA TRIUNFAL. (ÁLVARO DE CAMPOS) heterónimo de Fernando Pessoa


A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica
tengo fiebre y escribo.
Escribo rechinando los dientes, una fiera ante esta belleza,
ante esta belleza totalmente desconocida por los antiguos.

¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r-r-r eterno!
¡Fuerte espasmo retenido de los maquinismos furiosos!
¡Furiosos fuera y dentro de mí
por todos mis nervios disecados,
por todas las papilas de todo aquello con que siento!
Tengo secos los labios, ¡oh grandes ruidos modernos!
De oíros demasiado cerca,
y me arde la cabeza de querer cantaros con el exceso
de expresión de todas mis sensaciones,
con un exceso contemporáneo de vosotras, ¡oh máquinas!

Febril y mirando los motores como a una Naturaleza tropical
-¡grandes trópicos humanos de hierro y fuego y fuerza!-
canto, y canto al presente, y también al pasado y al futuro,
porque el presente es todo el pasado y todo el futuro
y están Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas
sólo porque hubo antaño y fueron humanos Virgilio y Platón,
y pedazos de Alejandro Magno tal vez del siglo cincuenta,
átomos que han de tener fiebre en el cerebro del Esquilo del siglo cien,
andan por estas correas de transmisión y por esos émbolos y por estos
volantes
rugiendo, rechinando, rumoreando, atronando, ferrando,
haciéndome un exceso de caricias en el cuerpo con una sola caricia en el
alma.

¡Ah, poder expresarse todo como un motor se expresa!
¡Ser completo como una máquina!
¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último modelo!
¡Poder, al menos, penetrarme físicamente de todo esto
rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso
a todos los perfumes de aceites y calores y carbones
de esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!

¡Fraternidad con todas las dinámicas!
¡Promiscua furia de ser parte-agente
del rodar férreo y cosmopolita
de los trenes estrenuos,
de la tarea de transportar cargas de navíos,
del giro lento y lúbrico de los guindastes,
del tumulto disciplinado de las fábricas,
y del casi-silencio susurrante y monótono de las correas de transmisión!

¡Horas europeas, productoras, entablilladas
entre maquinismos y quehaceres útiles!
¡Grandes ciudades paradas en los cafés,
en los cafés -oasis de inutilidades ruidosas-
donde se cristalizan y precipitan
los rumores y los gestos de lo Útil
y las ruedas dentadas y las chumaceras de lo Progresivo!
¡Nueva Minerva sin alma de los muelles y estaciones!
¡Nuevos entusiasmos con la estatura del Momento!
¡Quillas de placas de hierro sonriendo arrimadas a las dársenas
o en seco, erguidas, en los planos inclinados de los puertos!
¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!
¡Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,
en los Longchamps y en los Derbies y en los Ascots,
y Picadillies y Avenues de l'Opera que entran
por dentro de mi alma!

¡Hola, calles, hola, plazas, hola, la foule!
¡Todo lo que pasa, todo lo que se para ente los escaparates!
¡Comerciantes; vagabundos; escrocs exageradamente bien vestidos;
miembros evidentes de clubes aristocráticos;
escuálidas figuras ambiguas; padres de familia vagamente felices
y paternales hasta en la cadena de oro que atraviesa el chaleco
de bolsillo a bolsillo!
¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!
¡Presencia excesivamente acentuada de las cocottes,
banalidad interesante (¡y quién sabe qué otra cosa por dentro!)
de las burguesitas, madre e hija, por lo general,
que andan por la calle con cualquier motivo;
la gracia femenina y falsa de los pederastas que pasan, lentos;
y toda la gente sencillamente elegante que pasea y se exhibe
y luego resulta que tienen un alma dentro!

(¡Ah, cómo desearía ser el souteneur de todo esto!)
¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,
deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,
agresiones políticas en las calles,
y de vez en cuando el cometa de algún regicidio
que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos
usuales y lúcidos de la Civilización cotidiana!

¡Noticias desmentidas de los periódicos,
artículos políticos insinceramente sinceros,
noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes-
de los que dos columnas pasan a la segunda página!
¡El olor fresco a tinta tipográfica!
¡Los carteles pegados hace poco, mojados!
¡Vients-de-paraître amarillos con una cinta blanca!
¡Cuánto os amo a todos, a todos, a todos,
cuánto os amo de todas las maneras,
con los ojos y con el oído y con el olfato
y con el tacto (¡lo que representaría para mí tocaros!)
y con la inteligencia como una antena a la que hacéis vibrar!
¡Ah, de qué manera todos mis sentidos se encelan por vosotros!

¡Abonos, trilladoras a vapor, progresos de la agricultura!
¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!
¡Oh muestrarios de los viajantes-de-comercio,
de los viajantes-de-comercio, caballeros-andantes de la
Industria,prolongaciones humanas de las fábricas y de las oficinas tranquilas!

¡Oh telas en los escaparates, oh maniquíes, oh últimos figurines!
¡Oh artículos inútiles que todos quieren comprar!
¡Hola, grandes almacenes con varias secciones!
¡Hola, anuncios luminosos que se ven, parpadean y desaparecen!
¡Hola, todo aquello con lo que hoy se construye, con lo que hoy se es
diferente de ayer!
¡Eh, cemento armado, hormigón, técnicas nuevas!
¡Progresos de los armamentos gloriosamente mortíferos!
¡Blindajes, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!

Os amo a todos, a todo, como una fiera.
Os amo carnívoramente,
perversamente y enroscando mi mirada
en vosotras, ¡oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,
oh cosas modernísimas,
oh mis contemporáneas, forma actual y próxima
del sistema inmediato del Universo!
¡Nueva Revelación metálica y dinámica de Dios!
¡Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna Parks,
oh acorazados, oh puentes, oh muelles flotantes,
en mi mente turbulenta y encandecida
os poseo como a una mujer hermosa,
os poseo totalmente como a una mujer hermosa a la que no se ama,
a la que se encuentra por casualidad y nos parece interesantísima!

¡Eh-ah-ho, fachadas de los grandes almacenes!
¡Eh-ah-ho, ascensores de los grandes edificios!
¡Eh-ah-ho, reorganizaciones ministeriales!
¡Parlamentos, políticas, secretarios de presupuestos,
presupuestos falsificados!
(Un presupuesto es tan natural como un árbol
y un parlamento tan bello como una mariposa.)

¡Hola, interés por todo en la vida,
porque todo es la vida, desde los brillantes en los escaparates
hasta la noche, puente misterioso entre los astros
y el mar antiguo y solemne, bañando las costas
y siendo misericordiosamente el mismo
que era cuando Platón era verdaderamente Platón
en su presencia verdadera y en su carne con el alma adentro,
y hablaba con Aristóteles, que no había de ser su discípulo!

Yo podría morir triturado por un motor
con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.
¡Arrójenme dentro de los altos hornos!
¡Tírenme debajo de los trenes!
¡Azótenme a bordo de los barcos!
¡Masoquismo a través de los maquinismos!
¡Sadismo de no sé qué moderno y yo y barullo!
¡Aupa, jockey que has ganado el Derby,
morder tu cap de dos colores!

(¡Ser tan alto que no pudiese entrar por ninguna puerta!¡Ah, mirar es para mí una perversión sexual!)

¡Eh, eh, eh, catedrales!
¡Dejad que me parta la cabeza contra vuestras esquinas,
y que sea levantado de la calle lleno de sangre
sin que nadie sepa quién soy!

¡Oh tranvías, funiculares, metropolitanos,
restregaos conmigo hasta el espasmo!
¡Huy, huy, ay, ay, ay!
¡Soltadme carcajadas en plena cara,
oh automóviles atestados de parranderos y de putas,
oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,
río multicolor anónimo donde no puedo bañarme como querría!
¡Ah, qué vidas tan complejas, qué de cosas por todas las casas de todo esto!
¡Ah, saberse la vida de todos, los apuros de dinero,
los disgustos domésticos, los vicios que no se sospechan,
los pensamientos que cada uno tiene a solas en su cuarto
y los gestos que hace cuando nadie lo puede ver!
¡No saber todo esto es ignorarlo todo, oh rabia!,
oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre
me consume el rostro y me agita a veces las manos
en crispaciones absurdas justo en medio de las turbas
en las calles llenas de encontronazos!

¡Ah, y la gente ordinaria y sucia, que parece siempre la misma,
que dice palabrotas como palabras corrientes,
cuyos hijos roban a las puertas de los ultramarinos,
y cuyas hijas a los ocho años -¡y esto me parece hermoso y me gusta!-
masturban a hombres de aspecto decente en el hueco de la escalera!
¡Ah, la gentuza que anda por los andamios y se va a casa
por callejas casi irreales de estrechez y podredumbre!
¡Maravillosa ralea humana que vive como los perros,
que está por debajo de todos los sistemas morales,
para quien no ha sido hecha ninguna religión,
creado ningún arte,
destinada ninguna política!
¡Cuánto os amo a todos, porque sois así,
ni inmorales de tan bajos que sois, ni buenos ni malos,
inalcanzables por todos los progresos,
fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!

(En la noria del huerto de mi casa
el burro anda dando vueltas, dando vueltas,
y el misterio del mundo es de este tamaño).
Límpiate el sudor con el brazo, trabajador descontento.
La luz del sol sofoca el silencio de las esferas
y todos hemos de morir,
¡oh pinares sombríos del crepúsculo,
pinares en los que mi infancia era otra cosa
de lo que ahora soy...!

Pero, ¡ah, otra vez la rabia mecánica constante!
Otra vez la obsesión agitada de los autobuses.
Y otra vez la furia de estar yendo al mismo tiempo dentro de todos los trenes
de todas las partes del mundo,
de estar diciendo adiós desde la borda de todos los navíos,
que a estas horas están levando anclas o alejándose de los muelles.
¡Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh chapas de hierro curvado!
¡Oh muelles, oh puertos, oh convoyes, oh guindastes, oh remolcadores!

¡Eh-ah grandes desastres de trenes!
¡Eh-ah hundimientos de galerías de minas!
¡Eh-ah naufragios deliciosos de los grandes trasatlánticos!
¡Eh-ah revoluciones aquí, allá, acullá,alteraciones de constituciones, guerras,
tratados, invasiones,
ruido, injusticias, violencias, y tal vez en breve el fin,
la gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,
y otro Sol en el nuevo Horizonte!

¡Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto
al fúlgido y rubro ruido contemporáneo,
al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy!
Todo esto apaga todo, salvo el Momento,
el Momento de tronco desnudo y caliente como un fogonero,
el Momento estridentemente ruidoso y mecánico,
el Momento, dinámico pasaje de todas las bacantes
del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.

¡Ea trenes, ea puentes, ea hoteles a la hora de cenar,
ea aparatos de todas las clases, férreos, brutos, mínimos,
instrumentos de precisión, aparatos de triturar, de cavar,
industrias, brocas, rotativas!
¡Ea! ¡ea! ¡ea!
¡Ea electricidad, nervios enfermos de la Materia!
¡Ea telegrafía sin hilos, simpatía metálica de lo Inconsciente!
¡Ea túneles, ea canales, Panamá, Kiel, Suez!
¡Ea todo el pasado dentro del presente!
¡Ea todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Ea!

¡Ea, ea, ea!
¡Frutos de hierro y útiles del árbol-fábrica cosmopolita!
¡Ea, ea, ea! ¡ea-ho-ho-ho!
No sé que existo para dentro. Giro, doy vueltas, me ingenio.
Me enganchan en todos los trenes.
Me izan en todos los muelles.
Giro dentro de las hélices de todos los barcos.
¡Ea! ¡Hurra! ¡Ea!
¡Ea! ¡Soy el calor mecánico y la electricidad!
¡Ea! ¡Y los rails y las casas de máquinas y Europa!
¡Ea y hurra por mi-todo y en todo, máquinas trabajando, ea!

¡Saltar con todo por encima de todo! ¡Aúpa!

¡Aúpa, aúpa, aúpa, aúpa!
¡Hala! ¡Hola! ¡Ho-o-o-o-o!¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!

¡Ah, no ser yo todo el mundo y todos los sitios!




Londres, 1914 - Junio. (Hay quien dice que Pessoa nunca estuvo en londres, pero desde dónde sino desde Londres se puede escribir este retrato de la Revolución Industrial, quizá Pessoa estuvo en londres más que todos aquellos que pisaron suelo británico)

jueves, 19 de febrero de 2009

POESÍA. ANOCHE. CARILDA OLIVER LABRA


Cuadro: Guillaume Seignac. Mujer desnuda sentada en un sofa.

Anoche me acosté con un hombre y su sombra.

Las constelaciones nada saben del caso.

Sus besos eran balas que yo enseñé a volar.

Hubo un paro cardíaco.El joven

nadaba como las olas.

Era tétrico,

suave,

me dio con un martillito en las articulaciones.

Vivimos ese rato de selva,

esa salud colérica

con que nos mata el hambre de otro cuerpo.

Anoche tuve un náufrago en la cama.

Me profanó el maldito.

Envuelto en dios y en sábana

nunca pidió permiso.

Todavía su rayo lasser me traspasa.

Hablábamos del cosmos y de iconografía,

pero todo vino abajo

cuando me dio el santo y seña.

Hoy encontré esa mancha en el lecho,tan honda

que me puse a pensar gravemente:

la vida cabe en una gota.

Carilda Oliver Labra

viernes, 13 de febrero de 2009

MI REGALO DE SAN VALENTÍN. MIS LIBROS DE POESÍA PUBLICADOS, VERSOS Y BESOS

Estos son mis libros de poesía publicados. De cada uno he elegido uno o dos poemas, seguramente no serán los mejores, dada la dificultad de los autores - o al menos la mía- para juzgar su propia obra, pero aquí están, espero que los disfrutéis. Después vendrá un pequeño adelanto del aún inédito: Poemas afrodisíacos.



Primera inquietud. Editorial Grupo Cero. 1995


YO MISMA
Como yo misma, libre o encadenada,
al eje moribundo de mi voz.
Como una mujer, como una niña a veces,
entretejiendo sueños, palabras en la noche.

Yo misma, desnuda en mi sonrisa,
rodeada de pequeñas ilusiones,
vibrando con tu voz, con tu mirada.

Yo misma estremeciéndome, yo misma emocionándome.

Tengo tantos principios,
que no he encontrado nunca un final a las cosas
y cuando río, río y cuando lloro, lloro.
No hay que darle más vueltas,
soy como son los otros.
LA COLINA DE ARGANDA DEL REY


Surgiste del furioso batir de fuerzas
intestinas, de magmas oceánicos.
Conociste el gusto salado de los mares
y emergiendo por encima de todo,
respiraste el oxígeno letal, del aire.

Cuando te miro veo
pequeñas sinuosidades indefensas,
esa fuerza de antaño,
ese deseo que rompió el mundo en dos
para abrirse a tu paso, para dejarte alzar,
agujas desafiantes al cielo,
ha sido limado por el viento,
agrietado por el frío,
mermado por el caer violento de las aguas.

Ahora te veo así, suavemente ondulada,
como el lomo de un gato.
Dan ganas de extender las dos manos y acariciar
esas curvas para oir tu ronroneo.

Dan ganas de abrazar tu desamparo.





Al oído del viento.Editorial Grupo Cero. 1999

HOY HE VENIDO A DESNUDARME


Hoy he venido a desnudarme,
y este primer botón que desabrocho,
es en honor a tí.

Me descubro los hombros silenciosos,
hombros tanto tiempo volcados
en los libros,
que adquirieron un olor imborrable papel.

El segundo botón se resiste,
contoneos del verbo esperando nacer.

Entre mis senos, torneados por la luna,
senos que alojaron el odio y el amor,
dejo caer una gota de perfume,
que se pierde en los recovecos del ombligo.

Inspiro tan profundo, que el tercer botón
es despedido de su ojal brutalmente.

¡Y ahora sí! mi cintura se muestra
como una uva dorada.

Las cremalleras son como bocas
cerradas, pero esta boca mía
se empeña en decir palabras
que delaten mi sueño
con suavidad la abro, y la falda
cae al suelo.

Pendiente vertical,
la meseta del vientre
que acogiera tu sexo
se refugia detrás de unas caderas
que son un grito desgarrado,

y las piernas se alzan altas
como las nubes perdidas
en el tiempo, moldeadas
de recorrer caminos entre versos.

- ¿Y?
-No sé, yo sólo vine a desnudarme.





La llave de los días. Editorial Grupo Cero. 2002




UN HÉROE URBANO

El frágil cuerpo de la joven muchacha
estaba perfumado y era blanco e inmóvil.
Estaba horrorizada y las lágrimas
se negaban a brotar de los párpados.
Su lengua paladeaba aún
la última gota de café, algo cotidiano
para borrar esa violencia, su rodilla
golpeada contra el suelo rezumaba
unas gotas de sangre y negro
e intentaba salvar ese abismo
con sus ojos, con todas sus pupilas.
El hombre había tirado de su bolso
con extrema violencia,
como quien arranca gemidos de una virgen
y la muchacha había sentido el suelo
en todo el cuerpo y después,
el hierro congelado de los raíles.
Un amor olvidado por su madre
renació en su tierno corazón
y casi inundó el pánico.

Jakim se había levantado esa mañana
lejos de su pais y le costó entender
qué era lo que pasaba.

Había soñado con su esposa de negros ojos
y piel tersa, más bella que la luna en primavera
y ahora no podía comprender su ausencia

Recordó haber llegado un día hace tres meses,pero esa noche, después de volver
a su país en sueños, era muy duro el despertar.

También a él lo congeló la escena,
cientos de observadores inmóviles
tejían una red de exclamaciones,
peo sólo Jakim se arrojó a aquel
pozo oscuro, porque para salvarla
no bastaban cien ojos, ni doscientas pupilas,
ni la red de las voces, ni las lágrimas,
ni el amor de una madre muerta.

El tren se acercaba con implacable paso
el silencio pintaba las paredes,
no había lugar siquiera para el llanto
y se habían detenido todos los corazones.

Jakim tomó en brazos a la muchacha,
que ascendía como por una escalinata
de aplausos, y la dejó en el suelo.
Por un momento, todos se habían
olvidado del tren, de su insistente
caminar, no oían el ruido de las ruedas
surcando los raíles, sólo vítores y palmas.
Jakim apoya las dos manos en el borde
y uno de sus pies para tomar impulso.

Pero ya llegó el tren,
ya se enredaron las ruedas en su ropa
y como un toro embravecido
que ha corneado al torero y ha olido su sangre,
lo arrastra golpeándole la cara contra el muro.
La esfera de su ojo derecho estalla,
se vacía, se pierde junto con trozos
de su piel y Jakim ya sólo
siente los golpes, no ve nada.
El tren ha huído y el héroe yace
ahora en el campo de batalla.
Le dieron una medalla,
le dieron un pequeño piso,
se olvidaron de darle un permiso de trabajo,
le cortaron el teléfono y la luz,
le detuvieron varias veces
por mendigar donde no correspondía
y la bella señorita de piel blanca
paladeaba como siempre su café.






La muerte en casa. Editorial Grupo Cero 2003
Este libro obtuvo el Primer premio de Poesía de La Asociación Pablo Menassa de Lucia, en su cuarta convocatoria (2002)


EL TESTAMENTO

No quisiera estar triste , justo hoy,
que vienes a buscarme,
me he adornado con los versos más bellos.

Ayer leí toda la noche a Rimbaud:
Una temporada en el infierno,
¿te ríes?. No es gracioso,
ningún mérito tengo para acabar
con mis huesos en el cielo,
se me olvidó el padre nuestro
apenas salía de la edad de la pena.

Es una rara sensación saber
que hoy es el último día de mi vida,
no habrá otro miércoles para mí.

Mis ojos se acostumbrarán al acolchado azul,
a la madera
y al pequeño cristal por dónde asoman
curiosos los gusanos y dibujan mi nombre
con su estela
caliente de miseria y de baba
¿Se acostumbran también
los oídos al silencio?.
Qué soledad poblada,
qué tristes los lamentos
cuando no tienen voz.
Pero yo me he pintado los labios
con el carmín de los asesinatos,
estoy ebria de ti , mi príncipe certero.
Porque yo sé que tienes muslos de Atlas,
y un pecho varonil donde apoyar
cansina mi cabeza, tan llena de palomas.

Porque yo sé que hoy vas a besar
mi boca con tus labios de cieno,
y no me engaña tu nombre de mujer.

Podéis hacer conmigo lo que os plazca:
regar las magnolias de mi corazón,
donar mis órganos al Museo

de Ciencias Naturales,
rezarme en francés o en arameo.

Pero os juro, que me levantaré
furiosa como un león herido
de mi tumba y que os maldeciré
en todos los idiomas,
si no escribís en mi epitafio un poema:
Se llamaba Alejandra,
murió a la edad de 154 años
y tenía en los ojos una nostalgia honda,
y en los labios más versos que las hojas del árbol que la guarda.

O quizás : aquí yace un poeta,
poco importa su nombre,
el que quiera saber,¡que vaya y lea!.

No quiero flotadores en mi nicho,
quizá un parasubidas, como el de Altazor poeta.
Los versos no pierden nunca las alas ni el deseo de volar.

Ah,¡ tomad el oro!,
de nada ha de servirme
cuando mi carne reblandecida
ceda al beso de la larva
deshaciéndose en nauseabundos néctares,

Y dejadme unas flores,
orquídeas si es posible
sobre la oscura piedra,
que se vayan secando
al ritmo de mis músculos.

Primero el pétalo perderá
su blancura,
y mi piel se hará lechosa,
se desprenderá al menor roce.
Amarillearán los bordes de la flor,
y mi grasa se habrá licuado
cual inútil brebaje, también amarillento.
Perderá toda el agua el órgano del árbol
y un festín con mi hígado
se darán los gusanos.

El tallo cederá más tarde su frescura,
pero mis huesos son como mármol
de Grecia, y os será más difícil acabarlos.

Es tan aburrido morirse sola, sola,
un ataúd biplaza sería lo mejor.
Firmo este testamento con tinta de mi sangre.
Y mirándome al espejo
retiro con el mismo
pañuelo de las lágrimas
el carmín de mis labios
y no te espero más,
El hombre es ese ser que se equivoca
hasta en la fecha oscura de su muerte...



LA MUERTE ESCRIBE UNA CARTA A LOS HOMBRES

Es la muerte que os habla,
vosotros, desde todo lo finito.
La muerte que os escribe esta carta de amor.

Pensáis que soy una dama vieja,
porque os he acompañado desde que el primer poeta
hizo girar a la palabra mundo.

Pero yo nazco y muero en cada uno,
nací ayer y naceré mañana.
tengo la edad de los amantes
que se separan
hasta el día siguiente,
la edad del poeta que pone
tembloroso el punto final al poema.

No tengo pactos con Dios.
Pléyades de gigantes,
de brujas, de gnomos y vampiros
pensáis que son mi corte,
más nadie , sino vosotros
me acompaña.
Un bisturí-guadaña confudis con mis brazos,
abisales tentáculos
para cobijar en mi seno vuestra pena.
Y yo no tengo brazos.

Me hacéis en vuestros sueños
tener el rostro poblado
por los surcos del tiempo,
uno por cada hombre
que abandonó la tierra para ser tierra.
Y yo no tengo rostro.

Y me vestís de negro,
y yo os diré que aunque no tengo
cuerpo, mi color es rojo como la esperanza.

Y todavía me hacéis decir palabras,
Y yo no tengo voz

Venid mis pequeños,
hombres fuertes, adustos,
como soles vestidos de silencio,
mujeres con sus libros bajo el brazo.
Niños jugando al juego de la vida.

Buscad en vuestro corazón,
buscad en vuestra casa.
Buscad en cada olvido,
en cada sueño,
las diamantinas perlas
de mi nombre,
mi huella invisible y silenciosa,
Y cuando hayáis constatado
mi presencia,
olvidaros también de vuestro hallazgo,
y vivid como si yo me hubiera
mudado para siempre de vuestro corazón,
de vuestra casa.




La piel del deseo. Editorial Grupo Cero. 2005. Este libro obtuvo el Premio al mejor libro de poesía 2006 de la International Writers and Artist Association. (Asociación internacional de Artistas y escritores)


VOY A COMPRARME UN POETA

No, un hombre sólo no me basta.
Unos se han construido
una inteligencia contemporánea
y se alcanzarán con ellos
las más altas cimas de la conversación.
Otros hacen el amor como si fueran
todo un cuerpo de manos y de labios.
Algunos lo darían todo por amor,
y otros saben bien que el amor solo,
se pudre como una manzana mordida
a media tarde.
Pero un poeta, un poeta
cuando te dice que te ama,
lo dice con palabras
que hacen del amor una bandera,
de los besos estrellas

reventando en los labios,
de la piel un país habitado
por caricias tumultuosas,
por un ejército de hormigas
como bocas hambrientas de pasión
y de la noche el tiempo
dónde los cuerpos se diluyen,
se confunden los nombres,
y todo se trastoca en aras del amor.
Voy a comprarme un poeta,
de esos que te mandan
mensajes en botellas,
que ahora se llaman libros,
y que encierran, no un barco, sino un hombre,
que nadie sabe por donde entró.



FIEBRE

Fiebre, fiebre de cuarenta encuentros,
de certeros grados, fiebre de flecha inmensa,
fiebre de soledad.
La mosca del sexo ha alojado en mi sangre su veneno.
Lo digo por decir, en realidad,
la mosca del sexo ha nacido de mi carne,
se ha alimentado de mi sangre,
ha vivido años entre mis piernas.

Yo soy la mosca del sexo.

Fiebre, fiebre que no se calma más que instantáneamente
con tu semen,
fiebre que no desciende sino con tu saliva,
que no sabe inclinarse más que frente a tu voz.
Mi deseo encontró a quien rondarle.

Fiebre. Fiebre desesperada.

¿Te has tragado todos los imanes?,
que mi metálico pecho no quiere sino arremeter contra tu pecho.
¿Te has comido la miel que quedaba en
los panales del mundo?
que mi sexo, abeja milenaria
escapa hacia tu boca en vuelo vertical .

Víctima de mis besos,
depositario del tesoro de palabras que te debo,
héroe de papel.
Tu voz es el incendio en que se queman todos mis prejuicios,
tu voz es una tea forjada con pétalos de rosa.
tu voz es mi condena.
Me ha picado tu voz en pleno corazón,
y es un veneno dulce como de alondras anidando debajo de mi
piel.

Fiebre, fiebre ....fiebre.

miércoles, 11 de febrero de 2009

POETAS AMIGOS (PRIMERA ENTREGA)


Cuadro: La fiesta de los dioses. Carmen Salamanca

QUERIENDO ATAJAR

Queriendo atajar,
escogí el camino más largo.
Recompuse mis huesos sin sombra
y caí, con vertiginosa premura,
sobre el mástil perenne de los sueños.
Si no la buscas, ella te encuentra,
dijiste como reflexionando.
Algo en tu voz me hizo sospechar
que ella, esta vez, era la vida.
Quizá ese toque de nostalgia
con sabor a madrugadas y salitre junto al mar,
o el silencio en mitad de la frase,
suspendido sobre mi cabeza,
o esa sonrisa desde donde, apaciblemente,
contemplabas con indulgencia los rostros,
las palabras que fabricaron tu hombre.
A veces, los años fueron de otros...
murmuré sin darme cuenta.
¡No, querida!
respondiste con energía, eras tú
quien huía, jadeante, de tu propio corazón,
atravesado por inhóspitos territorios,
ancestrales ritos de supervivencia.
Tú misma quien, enardecida
por victorias al límite de lo preciso,
querías atrapar la vida entre los dedos.
Sí, contesté, aquella locura desacostumbrada,
verde amainar del tedio entre mis ojos,
fue la única pista del resultado imprescindible.
Ya, pero, más allá del aturdimiento, dijiste,
es preciso calcular con ritmo los pasos
hasta que inmaculadas álgebras de la pasión
neutralicen tentaciones de blanco desdén
y caigan en el olvido, sin tocar tu rostro.
Más allá, también, de nosotros,
ella te encuentra... siempre.
A Miguel Oscar Menassa, sep 2007.


Carmen Salamanca.



Cuadro: Las tres edades de la mujer. Alejandra Menassa.
SI LA BELLEZA TE ABARCA
Si la belleza te abarca, te estruja y aún te ama
algo te espera en ella.
Yergue los hombros abatidos, mueve ambos brazos
siente como pájaro o pianista
ejerce esta vida que murmura entre los dedos.
Cedro y música
valkirias y nibelungos, bosques azules, entre las marcas.
Y, sobre todo, aspira en los perfumes suaves
tu destello infinito esfumado y efímero.
Si algo se pudre y aún no lo soportas,
si estalla la muerte en pueblos amados,
si tu planeta se quema en medio del verano,
honra a tus antecesores y también a dios
cuando sea necesario.
Escombro y bruma, adelanta el paso
toda latido y hallazgo.
Aquella mujer escribía y también la otra y aún esa
que vivía en un país en sombras y todavía le cantan
también algunas de gesto audaz equivocado, sometido a inmensidad y
perdularios.
Estas provenían del sur desolado, eran aguas antárticas
las que rozaban sus versos.
Y en pleno caribe, mujeres más viejas aún que yo misma
alternan el odio con ocio y amor...
Buscadora de ámbar,
ninfas, astronautas,
atrás en el tiempo recorro las vías de un incierto murciélago
perdido en el sol.
Comparto esta sangre sin cadenas
estos vuelos azarosos hacia la letra y su pasión.
Otra mujer me escribe y dice que soy sus torbellinos de humo,
que ama de mí su propio amor, mientras el agua de las grutas cae con
molicie infantil.
Y esta mujer que soy, todavía dentellada y luz,
se esconde entre la especie
como una aristócrata descabellada y poderosa,
como una vagabunda sin pasado, transeúnte espacial
en viaje perpetuo hacia la luna, atravesando entre ruidos electrónicos
esa orquesta de hojas perennes acuñadas en mortífero coral.Esta mujer que soy escribe
porque sí
porque antes de nacer ya se oyen
murmullos de un vagido universal.
Porque el poeta que vive en la poesía le sopla los versos
en pleno viento de furia juvenil
le ciñe con fuerza la mano hasta el dolor
hasta las lágrimas, hasta que el poema restalla
entre pupilas antiguas contorneándose de mar,
de universos,
de estrellas cada vez más cercanas
de cumbres encendidas,
de calor vegetal nada sombrío
de tiernos animales alegres de andar. De mejillas frescas
sonrosadas de amar.
Esta mujer que soy y escribe comienza a descifrar
otro acertijo marcando en su cuerpo
rastros diluidos de una carne bestial.
Esta mujer escribe y vive cada día hasta el final.
Sabiendo que lo es, aunque quizás...
Ver cine negro, cruzar los dedos, recordar a mi madre
cocinar los manjares, pensar el decorado
deleitarme de grandeza, de abundancia
de viajes por tiempos jamás encontrados
imán y poema transitando el infinito.
Esa mujer que soy escribe.
entre sabores y sonidos invisibles,
avanza en medio de gotas de lluvia y hojarasca
hacia el destino de luz de su propia nada.
Hacia lo omitido
hacia lo pronunciado.


María Chévez. Del libro A plena Luz



Cuadro: Frutos de Primavera, de Carlos Fernández.

LA GENERACIÓN DE LAS 2001 NOCHES
Ese viento, de aire enmudecido, que cruza caminando
ya para siempre las calles de mi ciudad natal,
este esperar, sin muecas en el rostro, y aquel trotar de
pronombres y adjetivos cuyas muescas aun conservo
en el plateado revolver izquierdo de gentilhombre.
Esos amores, de farola y esquina fumando
con los pies cruzados, y tu balcón clavado en la mirada.
Esas citas de charol y medianoche en calles mojadas que
reflejan el brillo de tus ojos en cada botón bien abrochado,
de mi chaleco gris marengo, a juego zapatos y cinturón,
y en la solapa, siempre, recién cortado un clavel para tu pelo.
Esa lejanía cuya cúspide alcancé el siglo pasado, sólo con mirar,
y ahora, un poco antes de llegar en tobogán con paracaídas,
a la mayor planicie que tus versos ubican con música y manjar
en la extensa sombra de mis terrenos liberados al mar.
Ahora, amada, ahora amores todos y nunca míos,
ahora, cautivo el enemigo y liberado el prisionero de toda grandeza,
ahora, reconocido por los matices de los tres cardinales redondeles
ahora quiero de la historia, mi porción de vida.
Ahora a gozar, digo leer lentamente, sin necesidad de examinar, los libros,
ahora pintar preciso los cuadros y escuchar la geometría del proyecto,
ahora besar lo que ella quiera al ritmo pausado de su canto.
Ahora corresponde la verdadera amistad: yo, sin ti, un día moriré y
es por haber vivido que, ahora, me puedes leer, y
por haberse producido en grupo, es que somos generación.
Nuestra poesía, de letra, está en la canción que tus pies bailan
en la voz del enamorado que tu cuerpo abraza con pasión y belleza
en la mirada que excitada recorre las líneas de ese libro
que oprime su pecho y tu garganta antes de hacer el amor.


Carlos Fernández del Ganso





Cuadro: Reproducción de Cruz González de Yo y la Aldea (Chagall)

FUENTE

Reflejado en tu voz, un rayo misterioso toca mi cuerpo
hasta el abismo de luz que tus palabras dejan deslizar
mientras hablas: de un niño que se hizo hombre,
de una mujer enamorada de las letras y su poeta,
de la guerra que cada hombre lleva adelante
consigo mismo, de un amor que se construye.
Abro la fuente de los sueños
y el agua brota y brotan las palabras
y cada palabra surca los océanos
y vuelve en forma de lluvia,
abrazo, canción de otoño, vida.


Cruz González Cardeñosa


Cuadro: Una temporada en el infierno. Miguel Menassa


LENTA AGONÍA
Crece la amenaza
de romperme
en mil pedazos.
Miro a mis costados,
y descubro
un cuerpo intacto.
Compás agradecido,
lenta agonía
de los héroes,
bello remanso.


Lucia Serrano



Cuadro: Estricta simetría, de Amelia Diez.


ESCRIBIR
Escribir como algo que no comienza
como una turba sin infierno.
Océanos de letras
divagan como una despedida.
Acudo a las llamas de la página
y quiero arder entre sus vértices.
Pierdo mi futuro a manos llenas
y la oscuridad
no es camino para llegar
a las entrañas de la letra.
Lo que no pudo ser
tampoco me conduce al poema.
Eternidad agasajada a la deriva
me hace volver a los comienzos.
Escribir
sin cielo, sin infierno, sin esperanzas
toda la densidad desnuda
son las palabras unidas al azar.


Amelia Diez Cuesta


Cuadro: El nacimiento de Venus, de Botticelli, reproducción de Claire Deloupy.

A CORAZÓN ABIERTO

Jardín ensombrecido por la caída de los días
llevas un pésame de fuego entre los labios.
Bajo tu piel enmudecida
versos
gotas de sangre en la arena.


Claire Deloupy




Cuadro: Desnudo Azul, de Matisse, reproducción de Carlos Fernandez.


CRUZA EL ALMA

De una ladera, de un monte desconocido,
de la estocada limpia de una caracol herido,
la muerte del hombre cruza el alma, por haber nacido.
Sacudida entre el follaje como huracán maldito,
la algarabía de una pasión,
anida en el vértice izquierdo de la tierra.
Hoy descubrí, escondida entre las rocas,
virgen y delicada, plácida y virtuosa,
una negligencia de acuarela.
Capataz furtivo de la noche
verdugo y juez con piel de caimán,
nadie te alcanzará en lo innombrable.
Hay poemas que se escriben despacio,
poemas que se escurren entre los dedos
como escapando, lentamente, de sus ataduras.

Magdalena Salamanca.


Cuadro: Nuestra propia ciudad. Amelia Diez

LOS POSOS DE CAFÉ

Cuando la quimera asola mi cuerpo,
un residuo amargo de voces invade el horizonte.
!Qué decir del horror, si el futuro enarbola la muerte¡
Cuando la guadaña siega mi cabeza,
arrasa mis ojos, llevándose el fulgor de la mirada,
aullidos de dolor corroen mis entrañas.
!Cómo hacer, si el infierno habita en el hombre¡
Decapitado el rostro, perdido el esqueleto,
mi corazón resiste, latiendo acompasado,
sin pausa, sin sosiego.
Al ritmo de la música, me preparo café,
me hago acompañar del olvido asesino,
recompongo mis huesos,
agito con soberbia banderas de pasiones,
prosigo mi camino.


Pilar Rojas


Cuadro: Buscando a Euridice. Carmen Salamanca


SALTO AL VACÍO

Quizás ella se despidió sin esperar
que cruzaría sin zapatos la vereda.
Brotes de luz, semejantes a perlas diezmadas
por el tiempo, se encargan de alumbrar
los últimos pasos antes de decir no.
Salvajes frutos, bocados de marginalidad
sembrados entre las violencias de su sexo inacabado,
como vagos nervios que no pueden
participar de su voz.
Entre pinares, se aleja, disimulando una vez más,
haber gozado entre los brazos de Dios.


Miguel Martínez Fondón

viernes, 6 de febrero de 2009

UNA FAMILIA DE POETAS

MIGUEL MENASSA






Cuadro: de la mano del amor. Miguel Menassa

CONSEJO I

No te detengas
lo que nada lo puede
lo podrá tu amor
lo que no puede tu amor
lo podrá tu deseo.
Y si tu amor y tu deseo no pueden
el estallido debe haberse producido
seguramente en tu corazón, en tu cabeza.
Repliégate.
Húndete en el mar.


CONSEJO II


No hay que temer: el mar es para todos.
En marea alta dejarse llevar
no hacer movimientos contradictorios.
En marea baja dejar librado todo a la imaginación.
Es necesario que el mar
sea navegable en todos los casos.

CONSEJO III


Cuando llueve
hay que tener cuidado con los ángeles.
Suelen caer pesadamente sobre nosotros
cuando mojan sus alas.
No hay que tener piedad.
Uno solo de ellos
puede alegrarnos la vida para siempre.

Del libro Yo pecador. Ed. Grupo Cero




NORMA MENASSA






Cuadro: Puentes invisibles. Miguel Menassa



TODA LA NOCHE

Toda la noche el ruido del viento golpeaba las ventanas,
toda la noche semidespierta,
la monotonía insistía en los cristales.
De a ratos un jirón de viento azotaba y
el agua ondeaba en sonidos diferentes
y a veces era sorda.
Mi alma lucía entre las sábanas
una blancura de luna interrumpida
y el tiempo del eclipse, se llenó de fantasmas.
Pasé entre las voces de las conversaciones
que subían de la calle
sorprendida a veces por gritos desencajados de la escena
e iluminé el insomnio de mi día infeliz,
de mi hora interminable
con pensamientos amarillos de papel despreciado
por el sometimiento de la inercia.
Toda la noche, conmigo entontecida,
la lluvia retrasaba los momentos
y todo era tardanza en los ojos del sueño fracasado
que se tragó la luz y acomodó las sombras
haciendo los entornos perceptibles:
Vi la ciudad golpeando en el asfalto
como un barco encallado
al que cuidadosamente fui sacando las anclas
y comenzó el vaivén.
¡Tierra del mar…!
y el navío zarpado iba al encuentro de
puertos invisibles
y todos nos perdimos abrazados.
Del libro Me acosa una pasión. Ed Grupo Cero



OLGA DE LUCIA








Cuadro: Olga de Lucia: Amaba lo humano


AGONIZA EL SIGLO, NO EL AMOR

Hay días que escapan los dedos de mi cuerpo
se pierden mis deseos en la bruma
ya no siento golpetear mi corazón.
se me antojan las palomas en picada
el alma negra, el humus infértil
yerma calma donde no luce el mismo sol.
ya no duermen las heridas más profundas,
ni el odio corroe la ilusión.
Agoniza el amor entre los brazos
de un siglo sangriento en su esplendor.
un dulce ronroneo me responde
agoniza el siglo, no el amor.

Del libro: Para seguir viajando, ed. Grupo Cero


ALEJANDRA MENASSA DE LUCIA







Cuadro: El beso, de Gustav Klimt, reproducción de Alejandra Menassa.


FIEBRE

Fiebre, fiebre de cuarenta encuentros, de
certeros grados, fiebre de flecha inmensa,
fiebre de soledad.
La mosca del sexo ha alojado en mi sangre
su veneno.
Lo digo por decir, en realidad,
la mosca del sexo ha nacido de mi carne,
se ha alimentado de mi sangre,
ha vivido años entre mis piernas.

Yo soy la mosca del sexo.

Fiebre, fiebre que no se calma
más que instantáneamente con tu semen,
fiebre que no desciende sino con tu saliva,
que no sabe inclinarse más que frente a tu voz.

Mi deseo encontró a quien rondarle.
Fiebre. Fiebre desesperada.

¿Te has tragado todos los imanes?,
que mi metálico pecho no quiere sino arremeter
contra tu pecho.
¿Te has comido la miel que quedaba en
los panales del mundo ?,
que mi sexo, abeja milenaria
escapa hacia tu boca en vuelo vertical.

Víctima de mis besos,
depositario del tesoro de palabras que te debo,
héroe de papel.
Tu voz es el incendio en que se queman
todos mis prejuicios,
tu voz es una tea forjada con pétalos de rosa.
tu voz es mi condena.

Me ha picado tu voz en pleno corazón,
y es un veneno dulce como de alondras
anidando debajo de mi piel.

Fiebre, fiebre ....fiebre.


Del Libro La piel del deseo. Ed Grupo Cero




FABIÁN MENASSA DE LUCIA







Cuadro: La danza del fuego. Fabián Menassa.



CANTO A LAS AVES DE COMPAÑA

Buitres hambrientos de mis ojos:
Arrancadlos sin piedad.
No puedo ver más tanta masacre,
Maltratada retina,
No quiero saber más
De los misiles, luz devastadora;
Ni de guerras biológicas;
Ni de escudos siderales,
Corredores de la muerte,
O violaciones
Buitres sedientos de mi sangre:
Venid a devorarme,
Moriréis envenenados.

del libro Sobre papel barato. Ed. Grupo Cero



MANUEL MENASSA DE LUCIA




Cuadro: Todo deja de ser lo que es. Manuel Menassa.

MALVATIERRA

Tantas veces nos encontramos
furtivos en una puesta de sol,
tantas las veces que mi cuerpo almizcle
era como una hoja cayendo de su árbol,
mi dirección, la del viento más fuerte.
Era el aliento de la muerte caudillo de mí.

Salté alborotado
y creí estar atado a pequeñas ilusiones
que explotaron sin control;
te amé y te odié
mil veces puta y mil veces madre.

Descansa en paz,
soy un cirujano de tu química,
apuro tu malva piel
herido por espadas
te conocí en las alturas
y ví pasar el mundo entre mis pies,
en tus dominios
cayeron patrias y dioses
y ahora tú, suenas para mí.

Heraldo verde de mis sueños,
Atado a estos pilares que cubren el cuerpo
cabalgo a pelo sobre tu vientre
crin dorada;
Armo tus vestiduras mientras hablas para mí

Oro y magnolias para acompañar
la fachada austera de mi piel,
morada perentoria.

Madre tierra:
Hoy planto mis raíces en tu vientre
y apago las luces de mi cuerpo.
Del libro: Golpes de realidad. Ed. Grupo Cero

PABLO MENASSA DE LUCIA








Cuadro: La balsa del olvido. Miguel Menassa



MUERTE,QUERIDA COMPAÑERA.

Sabía que vendrías sola,
frente a frente

sin tapujos ni corbatas,
sabía que vendrías fuerte, muerte;
no por el último beso esta vez
a charlar solamente.
te estaba esperando,escudriñando
palabras verdaderas
para estar a tu altura,
aún, como tantas veces
quedé mudo, muerte,

en tu presencia,
ensimismado en tu color,
hundido en tus ojos
tristes, quietos, negros,
querida compañera

y ahí,
ese vacío imperceptible,
insoportable,
me confesaste tu único fracaso:
-La palabra escrita siempre,
me ganó la partida-

miércoles, 4 de febrero de 2009

POESIA. MIGUEL MENASSA. ARTE POÉTICA.

Poesía, lo sé, mientras te escribo,
dejo de vivir.
Entrego, mansamente, mis ilusiones,

mis pobres pecados proletarios,
mis vicios burgueses y, aun,
antes de penetrar tu cuerpo,
-tapiz enamorado-abandono mi forma de vivir,
miserias,
locuras,
hondas pasiones negras,
mi manera de ser.
Vacío de mis cosas,

abanderado de la nada,
transparente de tanta soledad,
invisible y abierto,
permeable a los misterios de su voz,
intento,
rasgo sonoro sobre la piel del mundo
la piel de la muerte
la piel de todas las cosas.
Poesía, sobre tu piel, rasgos sonoros,

esquirlas apasionadas,
imborrables astillas de mi nombre.

Miguel Menassa

www.miguelmenassa.com





Este sábado 7 de febrero a las 19:00hs en la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero (calle Duque de Osuna 4, locales), hay una presentación del libro de poesía Labios del Tiempo, de Vicente Prada y Soledad Caballero. El precio de la entrada son 10 euros, e incluye: el libro, una papeleta para el sorteo de un cuadro de Alejandra Menassa y un cóctel. Os esperamos.

martes, 3 de febrero de 2009

ENTREVISTA EN EL BOSQUE DE PALABRAS A ALEJANDRA MENASSA


Cuadro: Venus consolando a Cupido, de Boucher
Entrevista a Alejandra Menassa por Francisco Legaz en el Bosque de palabras:





Este es el poema:
NO PUEDE HACERTE RESPONSABLE.

No puedo hacerte hoy responsable de mi sueño, ni de nada.
Crucé mares de oxígeno en tu búsqueda, tú no estabas,
quise encontrarte muchas veces, tanto quise, que dibujé fantasmas.
En el marasmo de mis ocupaciones cotidianas,
te perdiste, celoso, irreverente, pequeño camarada del fracaso,
amante de la sangre derramada, adalid de las nubes, viento frío en la cara,
mi centinela acorralado por su propia existencia figurada.
No puedo hacerte hoy responsable del tropiezo ni de la ciega dicha,
Mi amor te transformó en un príncipe, y la corona que puse
sobre el hombro, pesaba demasiado, famélica figura que se escapa,
fui yo que te pintaba, fui yo que te escribía, fui yo que te escondí,
como un retazo de sol que envuelve a la mañana rosas blancas,
tras el ozono azul de mis palabras, mentira que refulge a la luz del desamor,
cuando cae el telón de la ignorancia, y la verdad nos ciega con su luz tan extraña...
No eras hermoso, en mis ojos la belleza descansaba, no eras siquiera bueno,
yo quería tanto que lo fueras...., que dibujé fantasmas.


lunes, 2 de febrero de 2009

POESÍA ERÓTICA. VEINTOCHO RAZONES PARA AMARTE Y SÓLO UNA PARA EXTRAÑARTE. ALEJANDRA MENASSA


Cuadro: Gustav Moreau.

Sé que no tienes prisa, recorres pausadamente mis rincones
es hermoso hablar en tu presencia, sabes que son palabras,
las palabras construyen el deseo, el deseo enciende los corazones,
el fuego abrasa el alma, deshace los prejuicios, destruye las banderas.

Estás a mi lado como si fuera para siempre,
aunque mañana reguemos plantas de continentes diferentes,
y tu desayunes en inglés y yo en castellano.

Tu cuerpo me da mi cuerpo, tu piel multiplica mi piel,
tus besos hacen germinar mis labios, tu lengua: dimensión de mi sexo
Soy un oído que escucha la memoria sexual de tu bramido.

Estoy libremente encadenada al movimiento de mis caderas
conquistando cada centímetro de la isla de tu sexo.
Y tus ojos, ojos de mar sobre mis ojos de pradera abierta a las miradas,
de amada Pampa ardiente, tus ojos dicen :ven, húndete en mis pupilas.
Hagamos del amor una cruzada, vivamos esta noche de nombrarnos.

domingo, 1 de febrero de 2009

POESÍA ERÓTICA. RECOGIENDO HOJAS. ALEJANDRA MENASSA


Cuadro: Sensualidad. De: Franz Von Stuck
Mira, mi amor, si seré provinciana,
si seré virgen, y ciega y melancólica,
que me he olvidado hoy de pronunciar tu nombre.

Que me he olvidado hoy de escribirte este poema,
que ya no sé deshojar las margaritas,
y se me caen los brazos cuando quiero tocarte.

Mira mi amor, si seré antigua,
sola y reaccionaria, caperucita roja desnuda,
hada en la niebla, que hoy no me acordaba
del sabor de tus labios.

¿Bajo qué maldición andaré muerta,
deslustrada, flor inerme y carnívora,
que ya mi sexo no te llama?
Si no te temo ya ni te respeto,
si ya sólo te amo, todavía te amo,
rostro sin nombre. Dios de juguete.

Voy recogiendo hojas, las hago mías,
tuyas, de pasarles la pluma,
y las echo a volar por todas partes.


Alejandra Menassa. del Libro La piel del deseo. Ed. Grupo Cero